Hoy nos hemos amanecido con la triste noticia de que ha muerto un gran escritor. Francisco Ayala llegó hasta los 103 años sirviéndose de miel, whisky y buena literatura. Es una pena la pérdida. Lloverán los panegíricos que al propio autor abrumaron -esta vez sí- en vida hasta el punto de decir que estaba harto de Francisco Ayala. Habrá ríos de tinta durante estos días para tratar de perpetuar una figura que ya lo estaba a través de sus textos.
Desde aquí queremos brindarle un modesto adiós y entonar un respetuoso agradecimiento por el gran legado que deja a los amantes de la literatura en nuestra lengua. Hasta siempre señor Ayala.
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